El Lado Oculto y Obscuro de Los Papas
Porque todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación; y los reyes de la tierra han fornicado con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido de la potencia de sus deleites. Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas; porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus maldades. Apc.18:1-5
Muchos de los papas eran tan depravados en sus acciones, que los que no profesaban ninguna religión, se avergonzaban de ellos. Pecados tales como el adulterio, sodomía, violación, asesinato y borrachera, prostitución, y actualmente lavado de dinero, trata de personas etc.
Da lo largo de la historia veremos como el vaticano a lidiado con problemas de toda índole especialmente de inmoralidad sexual, es muy claro que los papas son todo menos hombres santos.
A continuación veremos claros ejemplos que la misma historia
registra:
El Papa Sergio II
El papa Sergio II, que reinó del 904 al
911, obtuvo la oficina papal por medio del asesinato. Los anales de la Iglesia
de Roma hablan sobre su vida en pecado con Marozia, una conocida prostituta de
esa época, quien le engendró varios hijos ilegítimos. Este papa fue descrito
por Baronio y otros escritores eclesiásticos como un “monstruo” y por Gregorio
como un “criminal aterrorizante”.
Dice un historiador: Por espacio de siete
años este hombre ocupó la silla de san Pedro, mientras que su concubina,
imitando a Semiramis madre, reinaba en la corta con tanta pompa y lujuria, que traía
a la mente los peores días del viejo Imperio”.
Refiriéndose
a otra, dice:
“Esta mujer Teodora, de nombre, junto con Marozia,
la prostituta del Papa, llenaron la silla papal con sus hijos bastardos y
convirtieron su palacio en un laberinto de ladrones”.

Y así́, comenzando con el reino del papa
Sergio, vino el periodo (904-963), conocido como “el reinado papal de los
fornicarios”.
El Papa Juan X.
(914-928)

Teodora hizo papa a Juan X. Este había sido enviado a Ravena como arzobispo, pero para satisfacer sus deseos carnales, lo hizo volver a Roma y lo hizo nombrar papa. Su reinado tuvo un fin súbito, cuando Marozia lo asesinó.
Marozia quería deshacerse de Juan X para,
de esta manera, poder llevar a León IV (928-929), al oficio papal. Su reinado
fue muy breve, pues esté también fue asesinado por Marozia cuando está se
enteró de que este había entregado su cuerpo a una mujer más descarada que
ella.
El Papa Sergio III

Poco después llevó a su propio hijo ilegitimo
(de Sergio III) al trono papal. ¡El
muchacho era todavía un adolescente! Tomó el nombre de Juan XI. Pero durante
un altercado con los enemigos de su madre fue azotado y puesto en prisión en
donde lo envenenaron y murió́.
El Papa Juan XII
En el año 995 el nieto de la prostituta –
después de varios encuentros sangrientos – pudo tomar posesión del trono
pontificio bajo el nombre de Juan XII. Llegó a ser tan corrompido que los
cardenales se vieron obligados a hacer cargos contra él. Este rehusó́ a
presentarse para contestar a las acusaciones y en vez de esto, ¡los amenazó
con excomulgarlos a todos! Aun así́ le hallaron culpable de varios crímenes y
pecados, incruento los siguientes: hizo prender fuego a varios edificios, bebió́
un brindis dedicado al demonio, jugó a los dados e invocó la ayuda de los
demonios, obtuvo dinero por medios injustos y fue enormemente inmoral. Tan viles fueron sus acciones, que incluso el
notable obispo católico romano de Cremorne, Luitprand, dijo de él:
“Ninguna mujer honesta se atrevía a salir en público,
porque el papa Juan no tenía respeto a mujeres solteras, casadas o viudas,
puesto que él faltaba al respeto aun a las tumbas de los santos apóstoles,
Pedro y Pablo”.
Levantó la ira del pueblo al convertir
el Palacio Luterano en “una casa de prostitución pública” y
fue descrito por el Liber Pontificalis con las siguientes palabras: “Pasó toda su
vida en adulterio”. Finalmente, su vida terminó mientras cometía adulterio: el
furioso esposo de la mujer lo mató.
El Papa Bonifacio VII
El papa Bonifacio VII (984-985) mantuvo su posición a través de cuantiosas distribuciones de dinero robado (y también a Juan XII y León VIII), como “monstruos de culpabilidad, llenos de sangre y suciedad”, y como “Anticristos sentados en el templo de Dios”. Además, Bonifacio fue un asesino. Hizo que el papa Juan XIV fuera encarcelado y envenenado. Cuando el papa Juan murió́, el pueblo romano arrastró su cuerpo desnudo por las calles. La sangrienta masa humana que había sido papa, fue dejada a los perros. A la mañana siguiente, sin embargo, algunos sacerdotes lo enterraron secretamente.
Bonifacio asesinó al papa Benedicto VI estrangulándolo. El papa Silvestre II lo
llamó “un horrendo monstruo que
sobrepasó a todo mortal en su maldad”. Pero, evidentemente, el papa Silvestre no era
mucho mejor, pues la Enciclopedia Católica dice que “... el pueblo le
consideraba como un mago pactando con el diablo”.
Enseguida, vino el papa Juan XV (985-996)
quien dividió́ las finanzas de la Iglesia entre sus familiares, lo que le trajo
la reputación de ser “codicioso, de torpes ganancias y corrompido
en todas sus acciones”.
Papa Juan XV
El Papa Benedicto VIII
Benedicto VIII (1012-1024) “compró el
oficio de papa por medio de chantaje”. El siguiente papa, Juan XIX (1024-1033), también compró el papado y
paso por toda la escala de títulos eclesiásticos reconocidos, en un solo día.
Después de esto, Benedicto IX (1033-1045)
fue elegido papa, siendo apenas un niño de 12 años, por medio de arreglos monetarios
con las poderosas familias que manejaban a Roma. Este papa-niño creció́ en la
maldad y “cometió́ homicidios y adulterio en pleno día; hizo robar a peregrinos
en las catacumbas De los mártires. Fue un horrendo criminal
a quien el pueblo desterró́ de Roma.
Finalmente, la compra y venta del cargo
papal se hizo tan común y la corrupción tan pronunciada que los gobernantes
seculares tuvieron que intervenir en el nombramiento de los papas. Enrique III,
emperador de Alemania, eligió́ a Clemente II (1046-1047), que era un clérigo
alejado de la corte papal porque “ningún sacerdote romano pudo ser hallado
limpio de corrupción de simonía y de fornicación”, declaró un historiador.
EL
Papa Inocencio III
Muchos de los papas fueron asesinos, pero
sin duda alguna Inocencio III (1194-1216) sobrepasó a todos sus predecesores
en homicidios. Durante u reinado, Inocencio (el cual era todo menos
“inocente”), hizo asesinar a más de un millón de supuestos “herejes”. El promovió́ la más infame y diabólica acción
en la historia de la humanidad, la Inquisición. Por espacio de más de 500 años,
los papas usaron la Inquisición para poder mantener el poder. Solamente
Dios sabe cuántas personas fueron asesinadas al no estar de acuerdo con las enseñanzas
de la Iglesia Católica Romana.
El Papa Bonifacio VIII
El papa Bonifacio VIII (1294-1303) otro
de la negra lista medieval practicó la brujería. Llamó mentiroso e “hipócrita” a Cristo,
profesó ser ateo, negó́ la vida futura y fue un homicida y un pervertido
sexual. Oficialmente dijo lo siguiente: “El darse placer a uno mismo, con
mujeres o con niños, es tanto pecado como frotarse las manos”. Y aunque parezca
imposible él fue quien escribió́ la bula “Unam Sanctum”, en la cual declaró
oficialmente que la Iglesia Católica es la única y “verdadera” Iglesia ¡fuera
de la cual nadie puede salvarse! Fue este papa tan inmoral quien declaró
oficialmente: “Nosotros afirmamos y declaramos definitivamente que es necesario
para la salvación, que todo ser humano sea sujeto al pontífice de Roma”.
Fue durante el reinado de este papa,
cuando Dante visitó Roma. Describió́ el Vaticano como el “alcantarillado de la
corrupción”, y puso a Bonifacio (junto con los papas Nicolás III y Clemente V)
en “las profundidades del infierno”.
La Novela de Dante Alilleri
Durante el periodo de 1305-1377, el
palacio papal estuvo situado en Avignon (Francia). Durante esta época, Tetrarca
declaró que dicho establecimiento papal era un lugar de “violación, adulterio
y toda clase de fornicación”. Y debido a que los papas eran tan inmorales, no
debemos sorprendernos de que los sacerdotes no fueran mejor que ellos. Como
consecuencia, en muchas parroquias los feligreses insistían en que los
sacerdotes tuvieran concubinas “como protección para sus propias familias”.
En el Concilio de Constanza, tres papas y
algunas veces cuatro, se insultaba todas las mañanas, acusándose los unos a los
otros de anticristos, demonios, adúlteros, sodomitas, enemigos de Dios y del
hombre. Uno de estos “papas”, Juan XXII (1410-1415), compareció́ ante el
Concilio para dar cuenta de su conducta. “Fue acusado por 37 testigos (obispos
y sacerdotes, en su mayoría) de fornicación, adulterio, incesto, sodomía, hurto
y homicidio.” Y se probó́ con una legión de testigos que había seducida y
violado a 300 monjas. Su propia secretaria, Niem, dijo que en Bolonia mantenía
un harén donde no menos de doscientas muchas habían sido víctimas de su
lujuria. Por todo ello el Concilio lo halló culpable de 54 crímenes de la peor
categoría; le depuso del papado, y, para no verse condenado a lo que se merecía,
el indigno papa optó por huir.
El
registro oficial del Vaticano ofrece de este hombre esta información sobre su
inmoral reinado:
“Su señoría, papa Juan, cometió́ perversidad con la
esposa de su hermano, incesto con santas monjas, tuvo relaciones sexuales con vírgenes,
adulterio con casadas y toda clase de crímenes sexuales... entregado
completamente a dormir y a otros deseos carnales, totalmente adverso a la vida
y a las enseñanzas de Cristo... Fue llamado públicamente Diablo encarnado”
Para aumentar su fortuna, el papa Juan
puso impuestos a todo, incluyendo la prostitución, el juego y la usura. Se le
ha llamado con frecuencia “el más depravado criminal que se haya sentado en el
trono papal”.
El Papa Pio II
Del papa Pio II (1458-1464) se dice que
fue el padre de muchos hijos ilegítimos. “Hablaba en público sobre método que
usaba para seducir a las mujeres, aconsejaba a los jóvenes y hasta ofrecía
instruirlos en métodos de auto indulgencia.” Pio fue seguido de Pablo II (1464-1471), quien
mantenía una casa llena de concubinas. Su tiara papal estaba tan cuajada de
joyas, que sobrepasaba el valor de un palacio.
El Papa Sixto IV
Vino después el papa Sixto IV
(1471-1484); esté tuvo dos hijos ilegítimos de su manceba Teresa a los cuales
hizo cardenales. Financió sus guerras vendiendo posiciones eclesiásticas al más
alto postor, y “usó el papado para
enriquecerse él y sus familiares. Hizo cardenales a ocho de sus sobrinos,
aunque algunos de ellos eran aún niños. En cuanto al lujo y extravagancias,
rivalizó con los césares. El y sus familiares sobrepasaron a las antiguas
familias romanas tanto en riquezas como en popa”.
El Papa Inocencio VIII
El papa Inocencio VIII (1484-1942) tuvo dieciséis
hijos de varias mujeres. No negó́ que fuera sus hijos engendrados en el
Vaticano. Como muchos otros papas,
multiplicó los oficios clericales y los vendió́ por vastas sumas de dinero.
Incluso permitió́ corridas de todos en la plaza de San Pedro.
El Papa Alejandro VI (Dinastia Borgia)
Vino
más tarde Rodrigo Borgia, quien tomó el nombre de Alejandro VI (1492-1503) y
ganó su elección al papado mediante chantajes con los cardenales, práctica común
en aquellos días. Antes de ser papa, cuando aún era cardenal y arzobispo, vivió́
en pecado con una mujer llamada Vanozza dei Catane, y después con la hija de está,
Rosa, con la cual tuvo cinco hijos. En el día de su coronación nombro a su hijo
joven de temperamento y hábitos viles,
como arzobispo de Valencia. Vivió́ en
incesto público con sus dos hermanas y con su propia hija y era el padre y
amante de su hija Lucrecia, de quien se dice tuvo un hijo. El 31 de octubre de
1501 realizó una orgía sexual en el Vaticano, que no ha tenido parangón alguno
en los anales históricos de la humanidad.
El Papa Pablo III
En cuanto al papa Pablo III (1534-1549),
incluso la revista de signo católico Life dijo que siendo cardenal había tenido
4 hijos y en el día de su coronación celebró el bautismo de sus dos bisnietos;
que eligió́ a dos de sus sobrinos adolescentes como cardenales, realizó
festivales con cantantes, bailarinas, bufones y buscó ayuda de astrólogos.
El
Papa León X
El papa León X (1513-1521) fue elegido
para 27 oficios diferentes clericales antes de tener 13 años de edad. Fue enseñado
a considerar los cargos eclesiásticos solo como un medio de ganancia. Con su
producto compró el cargo y declaró que el quemar a herejes era una orden
divina.
Fue durante esos días que Martín Lutero,
siendo aún sacerdote de la Iglesia Romana, viajó a Roma. Al ver por primera
vez la Ciudad de las Siete Colinas, cayó al suelo diciendo: “Santa Roma, te
saludo”. No había pasado mucho tiempo en dicha ciudad, cuando pudo darse cuenta
de que Roma era todos menos una ciudad santa. Pudo ver que la iniquidad existía
en todas las clases del clero. Los sacerdotes contaban chistes indecentes y
usaban palabras profanas, incluso en la misa. Lutero describió́ a los papas e
la época como peores en su conducta que los emperadores paganos y explica que
los banquetes de la corte eran servidos por doce mujeres desnudas. “Nadie puede imaginarse los pecados tan
infames y los actos que son cometidos en Roma dijo -; tienen que ser vistos y
escuchados para ser creídos. Tanto es así́, que se acostumbra a decir: “Si hay
un infierno, Roma está construida sobre él.”
Un día, durante la visita de Lutero a
Roma, vio una estatua en una de las vías públicas que conducen a San Pedro, que le llamó la atención, pues
era de una papisa, y junto al cetro y la mitra papal, tenía un niño en brazos.
Era la estatua de la papisa Juana. “Estoy sorprendido – dijo Lutero – de como
los papas permiten que la estatua permanezca allí́”
Cuarenta años más tarde, después de la
muerte de Lutero, dicha estatua fue quitada por orden de papa Sixto V.
¿Quién fue este papa femenino al que la
estatua representaba? Se dice que nació́ en la tierra de Rhin, en Ingleheim.
Fue aclamada en Mainz por su sabiduría y más tarde se disfrazó́ de hombre para
entrar en el célebre monasterio de Fulda (entre Frankfurt y Bebra). Se dice que
también estudió en Inglaterra y Atenas y después recibió́ la posición de
profesora de la Achola Groecorum de Roma, antiguo colegio de diáconos. Allí́
ganó tanta influencia como hombre, que fue elegida papa. Sin embargo, después
de un pontificado de dos años, un mes y cuatro días, fue descubierta su condición
de mujer: mientras formaba parte de una procesión, dio a luz a un niño y murió́.
Fue en este sitio donde se erigió́ la estatua del papa femenino.
En tiempos recientes, la historia de la
papisa Juana ha sido discutida. Por razones obvias, Roma ha tratado de
ocultarlo; sin embargo, antes de la época de la Reforma, la cual expuso tanto
pecado en la Iglesia Romana, la historia era parte de las crónicas y conocida
por obispos e incluso por los mismos papas. El papa Anastasio, por ejemplo, la menciona en
su escrito Historia de los pontífices romanos. De hecho, todos los libros de historia de
antes de la Reforma mencionan a la papisa Juana o en texto o en el margen. Se discute que hasta el siglo XV los papas tenían
que pasar por un examen físico para que el caso de la papisa – el papa femenino
– no se volviera a repetir. Obviamente, la idea de un papa femenino rompe la
doctrina católica de la “sucesión apostólica” y, por lo tanto, es natural que
la Iglesia Romana trate de ocultar esta historia.
El
papa Juan Pablo II. Mantenía relaciones con algunas de sus fieles seguidoras
como es el caso de la filosofa ana teresa titmiesca todos los textos que
escribe juan pablo segundo sobre la relación de pareja están redactados por ana
maría titmiezca, la cual llega a demandar a juan pablo segundo por plagio
cuando ella muere su marido un catedrático de la universidad de harvard
hace una declaración: “la
relación de mi mujer con el papa iba mas haya de una amistad”
No hay comentarios:
Publicar un comentario